miércoles, 27 de septiembre de 2017

Y esta noche quiero que me veas así... Imperfecta, inexacta, mal humorada, desarmada; incluso, un poco desalmada.

martes, 4 de agosto de 2015

Día uno. Estación.

2:15 pm. De lejos la diviso, imposible no diferenciarla entre tanta gente, cabello largo con tonalidades rojizas, un poco despeinado; piel blanca, casi transparente y lisa, ojos grandes y mirada silenciosa, mordía de vez en cuando sus labios, como si el nerviosismo se apoderara de ella. A medida que avanzaba pude notar su particular manera de caminar, un pie delante del otro siguiendo una linea imaginaria, sus ojos en ningún momento miraban el piso, sino un punto fijo frente a ella, pareciera calcular tan bien sus pasos que ninguno de estos tocaba una linea del suelo de la estación. Al parecer aquel punto estaba justamente delante mio. Así es, no me equivocaba, ella pretendía llegar frente a mi, bueno, no exactamente como yo quisiera pero a fin de cuentas, se ubico de tal manera que pude notar cada uno de sus movimientos. 2:19 pm. Permanece ahí, sentada en la estación de trenes, esperando a ver si una pisca de él vuelve a renovar la mirada esperanzada que tuvo su algún día. 2:23 pm. El ritmo de su corazón se acelera, y su pie derecho comienza a moverse al compás de este; rápido y lento, como si tuviese pausas entre un latido y otro, algo así como un descanso emocional, o que se yo. 2:35 pm. Su mirada se pierde entre la gente, intentando divisar aquellos ojos de los que tanto anhelaba el regreso. 2:43 pm. Su pelo se enreda entre sus dedos, los cuales mueve en forma circular de manera ansiosa para terminar jugando con la puntas ya retorcidas de su cabello. 2:58 pm. Enciende su reproductor de música, luego de repetir una y otra vez la misma y única canción, lo guarda apresurádamente en su bolsillo izquierdo; como si tuviera algo importantísimo que hacer. 3:20 pm. Impaciente, comienza una carrera de ida y vuelta de manera lineal, fue tan repetitivo que llegué a perder la cuenta de sus pasos. 3:37 pm. Aquel vayven de sus piernas, no hacía más que delatar la ansiedad a la que estaba sometida, parece darse cuenta; pues decide cesar este movimiento repetitivo para dar paso a la quietud de su cuerpo, dejándolo caer nuevamente en la banca donde se encontraba al principio. 3:40 pm. Permanece sin expresión alguna, con la cabeza en dirección al piso apoyada sobre sus dos manos. Su cabello caía de una manera un tanto difícil de describir, pero maravillosamente hermoso de apreciar, cada vez que el sol hacía una parada sobre ella. 3:55 pm. La espera terminó, lo noté por el color de la desesperanza de sus ojos. 3:57 pm. Lleva su pierna derecha sobre la izquierda, como si esperase algo más. 4:00 pm. Su mirada se encuentra desorientada, en la incesante búsqueda de aquello que no llegará. 4:18 pm. Baja las mangas de su chaqueta hasta dejar solo la punta de sus dedos a la vista, para luego dar paso a un frote de manos un tanto desesperado. Su mano derecha va sobre su izquierda pero esta vez toca su muñeca, destapa esta misma y hace lo que no había hecho durante dos horas; mira su reloj, se mantiene un rato mirándolo avanzar, lo tapa y vuelve al movimiento de manos. 4:20 pm. Se levanta, toca su cara con las dos manos, manteniéndolas ahí por unos segundos, luego pone su cabello dejándolo caer detrás de sus orejas y comienza a avanzar lentamente en dirección a la salida, para luego perderse entre la multitud. Estación de trenes, lugar desconocido. Algunos años atrás, no importa que día, no importa que mes.

sábado, 2 de agosto de 2014

Nada mejora, todo perdura. El tiempo no ayuda, solo las frutas maduran.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

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Resumiendo, de un tiempo a esta parte, esas ganas de mandar todo a la mierda no se esfuman; aunque lo intente. Tú no entiendes, pues no tienes idea como se siente.

viernes, 12 de julio de 2013

El café y tú.

El café es la compañía perfecta en días fríos, vacíos o aquellos en los que no quiero más que un cigarro y un café. Pero ¿Qué hay de los demás días? ¿Los días soleados y calurosos? en días como esos no suelo beberlo, es más, lo reemplazo por refrescos o algo que quite la sensación de calor que tanto aborrezco. Cuando estoy a punto de rendirme en el proceso de lograr algo el café suele disminuir mi cansancio, también me mantiene alerta y evita en ocasiones que me duerma, reduciendo así posibilidad alguna de soñar. Si me preguntan, me atrevería a decir que tú eres el complemento perfecto para los días fríos, vacíos e incluso para esos días en los que no quiero más que un cigarro y un café. Los demás días los colmaría de tu compañía, incluso los calurosos, y por nada la reemplazaría, pues de ese tipo de calor y compañía jamás me aburriría. Tal como el café, en el proceso de encontrarte, disipaste mi cansancio; así como también más de una vez alejaste la más mínima posibilidad de soñar-TE. Finalmente, y contra todo pronóstico, cumpliste mi sueño; mientras el café intentaba quitármelo.

sábado, 1 de junio de 2013

Lo inexplicable tiene a veces un poco de explicación, creo que esta precisamente no es la situación. Aunque podría hacer alusión a un par de cosas, como tus ojos, tu sonrisa o tus manos inquietas. No hay para que profundizar, prefiero avanzar. Avanzar para dejar uno de tus tantos caminos trazado, avanzar para contarte lo que podríamos haber logrado, avanzar para mostrarte que la cobardía no es el mejor aliado... avanzar.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Desde mi rabia

Hasta que salga el sol no podrás ver nada más que tu sombra reflejada en la humillación de tu ser, en la pereza de tu renacer.
Podrían pasar años para que notes que tu puto actuar no hizo mas que degradarte y rebajarte a un nivel imposible de explicar en algo tan simple como lo son las palabras.
Dudas tantas como nombres grabados bajo tu delgada piel, la cual se desgarra cada vez que prefieren su luna ante una simple y mundana estrella.
Ironía, eso es de lo que te vales cuando todo esta en tu contra y tu día se torna gris.
Deja pasar la vida, deja pasar SU VIDA.