Y sientes que no hay nada y a la vez lo
tienes todo, te
sientes tan vacía que intentas buscarlo a él de todos modos. Nunca estuvo ahí para ti y lo sabes, aún
así sigues bajo sus una y mil llaves, y es que con solo mirarlo te sientes segura, solo una
sonrisa y ya nada queda a oscuras, todo se torna fácil cuando se cruza en tu camino; no piensas en nada, solo en su mirada. Y así se pasan los días escribiendo una historia que nunca ocurrió, sintiendo cosas que él nunca sintió, viviendo de un recuerdo que nunca existió.