martes, 4 de agosto de 2015

Día uno. Estación.

2:15 pm. De lejos la diviso, imposible no diferenciarla entre tanta gente, cabello largo con tonalidades rojizas, un poco despeinado; piel blanca, casi transparente y lisa, ojos grandes y mirada silenciosa, mordía de vez en cuando sus labios, como si el nerviosismo se apoderara de ella. A medida que avanzaba pude notar su particular manera de caminar, un pie delante del otro siguiendo una linea imaginaria, sus ojos en ningún momento miraban el piso, sino un punto fijo frente a ella, pareciera calcular tan bien sus pasos que ninguno de estos tocaba una linea del suelo de la estación. Al parecer aquel punto estaba justamente delante mio. Así es, no me equivocaba, ella pretendía llegar frente a mi, bueno, no exactamente como yo quisiera pero a fin de cuentas, se ubico de tal manera que pude notar cada uno de sus movimientos. 2:19 pm. Permanece ahí, sentada en la estación de trenes, esperando a ver si una pisca de él vuelve a renovar la mirada esperanzada que tuvo su algún día. 2:23 pm. El ritmo de su corazón se acelera, y su pie derecho comienza a moverse al compás de este; rápido y lento, como si tuviese pausas entre un latido y otro, algo así como un descanso emocional, o que se yo. 2:35 pm. Su mirada se pierde entre la gente, intentando divisar aquellos ojos de los que tanto anhelaba el regreso. 2:43 pm. Su pelo se enreda entre sus dedos, los cuales mueve en forma circular de manera ansiosa para terminar jugando con la puntas ya retorcidas de su cabello. 2:58 pm. Enciende su reproductor de música, luego de repetir una y otra vez la misma y única canción, lo guarda apresurádamente en su bolsillo izquierdo; como si tuviera algo importantísimo que hacer. 3:20 pm. Impaciente, comienza una carrera de ida y vuelta de manera lineal, fue tan repetitivo que llegué a perder la cuenta de sus pasos. 3:37 pm. Aquel vayven de sus piernas, no hacía más que delatar la ansiedad a la que estaba sometida, parece darse cuenta; pues decide cesar este movimiento repetitivo para dar paso a la quietud de su cuerpo, dejándolo caer nuevamente en la banca donde se encontraba al principio. 3:40 pm. Permanece sin expresión alguna, con la cabeza en dirección al piso apoyada sobre sus dos manos. Su cabello caía de una manera un tanto difícil de describir, pero maravillosamente hermoso de apreciar, cada vez que el sol hacía una parada sobre ella. 3:55 pm. La espera terminó, lo noté por el color de la desesperanza de sus ojos. 3:57 pm. Lleva su pierna derecha sobre la izquierda, como si esperase algo más. 4:00 pm. Su mirada se encuentra desorientada, en la incesante búsqueda de aquello que no llegará. 4:18 pm. Baja las mangas de su chaqueta hasta dejar solo la punta de sus dedos a la vista, para luego dar paso a un frote de manos un tanto desesperado. Su mano derecha va sobre su izquierda pero esta vez toca su muñeca, destapa esta misma y hace lo que no había hecho durante dos horas; mira su reloj, se mantiene un rato mirándolo avanzar, lo tapa y vuelve al movimiento de manos. 4:20 pm. Se levanta, toca su cara con las dos manos, manteniéndolas ahí por unos segundos, luego pone su cabello dejándolo caer detrás de sus orejas y comienza a avanzar lentamente en dirección a la salida, para luego perderse entre la multitud. Estación de trenes, lugar desconocido. Algunos años atrás, no importa que día, no importa que mes.