viernes, 12 de julio de 2013

El café y tú.

El café es la compañía perfecta en días fríos, vacíos o aquellos en los que no quiero más que un cigarro y un café. Pero ¿Qué hay de los demás días? ¿Los días soleados y calurosos? en días como esos no suelo beberlo, es más, lo reemplazo por refrescos o algo que quite la sensación de calor que tanto aborrezco. Cuando estoy a punto de rendirme en el proceso de lograr algo el café suele disminuir mi cansancio, también me mantiene alerta y evita en ocasiones que me duerma, reduciendo así posibilidad alguna de soñar. Si me preguntan, me atrevería a decir que tú eres el complemento perfecto para los días fríos, vacíos e incluso para esos días en los que no quiero más que un cigarro y un café. Los demás días los colmaría de tu compañía, incluso los calurosos, y por nada la reemplazaría, pues de ese tipo de calor y compañía jamás me aburriría. Tal como el café, en el proceso de encontrarte, disipaste mi cansancio; así como también más de una vez alejaste la más mínima posibilidad de soñar-TE. Finalmente, y contra todo pronóstico, cumpliste mi sueño; mientras el café intentaba quitármelo.